Pequeña dama,
mi corazón se alegra
cuando vos te acercas,
de solo mirarte
mi corazón da un vuelco,
quisiera abrazarte
quisiera tenerte.
Mi imaginación vuela
y vuela muy alto,
y estas a mi lado
y estoy a tu lado.
Y siento mi vida
llena de dicha
de alegría inmensa
y profunda paz.
Paz, que buena eres
que descansada
se siente mi alma
cuando tu estas presente.
Y nuevos bríos
toma mi vida
e ideales nuevos
inundan mi alma.
Inmensidad de Dios
grandeza suya,
gracias señor por estar conmigo,
gracias mi Dios por la vida,
gracias mi Dios por la paz,
gracias mi Dios por la mujer que amo.
Que, aunque no esta a mi lado
su felicidad es la mía.
Guayaquil, V/17/90, ACGMS